ANALISIS CRÍTICO
Explicar el proceso de la crisis del proyecto oligárquico liberal -el cual buscaba velar por sus propios intereses y beneficios como clase asumiendo un liderazgo en cada uno de sus países- que se da a partir de 1914 y que culmina con cambio estratégico a nivel esencialmente político, involucraría necesariamente referirnos de manera separada al cambio de las estructuras económicas, y a la complejización del tejido social.
Por su parte tenemos el viejo proyecto oligárquico, a nivel económico, como un sistema orientado a la exportación y con un escaso desarrollo industrial, lo que indiscutiblemente lo mantenía sujeto a las variaciones de la economía mundial, razón por la cual se desarrolla un proceso, posterior al estallido de la segunda guerra mundial, en donde los cambios globales convergen a nivel latinoamericano en una “dependencia” a la inversión extranjera, protagonizada ahora por Estados Unidos, que a la postre, cuando se desata la crisis de 1929 desemboca en un inevitable trastorno o si se prefiere desarticulación de la estructura económica, en donde se configuro un nuevo modelo que se fundo “ sobre la industrialización y el desarrollo del mercado interior”. Este modelo no logra conllevar la estabilidad.
Mientras tanto dentro del seno de la sociedad emergían nuevos grupos sociales, que tal como nos afirma Carmaganani “ya en este periodo, intentarían -sin conseguirlo- expulsar del poder a la vieja oligarquía, como consecuencia de un escaso desarrollo en cuanto a precisar su objetivo y en conseguir desarrollar un discurso hegemónico. Sin embargo es claro que durante este periodo se produce una clara evolución de los diferentes grupos sociales nacientes entre los que encontramos a la clase media, al proletariado y al subproletariado. En tal sentido creo que Carmagnani esta muy en lo cierto cuando dice que “A pesar de que los análisis histéricos y sociológicos referentes a este periodo dan mayor importancia a las capas medias, en nuestra opinión la evolución más significativa es la que registran el proletariado y el subproletariado” (pagina 218), mas adelante, eso si, nos afirma que es el proletariado quien se perfila como el grupo con una mayor concreción en el plano social. Las organizaciones sindicales en América latina ya para 1915 se constituían como fuertes agentes sociales, que demostraban como el proletariado (sindicalizado como define Carmagnani) se había ganado un espacio la sociedad. La FORA en Argentina con más de doscientos mil afiliados se constituyo como la organización Anarcosindicalista más poderosa de Latinoamérica. Por su parte, en Chile con la creación de la FOCH de Recabarren demostraba como el proletariado emergente era un grupo activo, con un claro precedente que ya venia de la conformación de las sociedades de resistencia. La prensa es otra gran manifestación de tal evolución del proletariado en Latinoamérica: “O Despertar” y “O Libertario” de Brasil, “Humanidad” en Bolivia, “La Antorcha” de Chile, entre muchas otras.
Volviendo con lo esencial es como tenemos que el antiguo poder que poseía la oligarquía, se fue dilatando, ya que los viejos mecanismos que aseguraban el poder de esta cayeron en crisis como consecuencia, a modo general de lo mencionado anteriormente.
Por otro Lado resulta muy interesante apreciar como la oligarquía es capaz de configurar un nuevo proyecto político capaz de imponerse pese al avance y evolución de los demás grupos sociales. Resulta clave en este sentido mencionar que la esencia de esta nueva estructuración tenia como principio derrotar políticamente a la clase media, pero asegurándoles las condiciones sociales que se habían ganado, esto responde indudablemente a la toma de conciencia por parte de la oligarquía, de su inferioridad numérica, por lo cual se hacia primordial ganarse el favor de este grupo social.
Es correcto mencionar entonces, que esa visión o planteamiento que se hace de la oligarquía, en el cual se afirma que “desaparecieron por completo o que por lo menos sufrieron un serio menoscabo y entraron en vías de disolución”, según los que nos expone Carmagnani resulta totalmente falso, ya que, a mi parecer y como ya decíamos anteriormente, aunque no de una manera tan directa, la crisis del proyecto oligárquico resulto configurarse como la instancia en que este grupo social innovara su estructura y sus proyecciones en pos de resguardar su poder, tanto económico como político y social, dentro de esta nueva realidad. Tenemos, de esta manera como la estructura oligárquica logra moldearse y hacer prevalecer sus intereses y beneficios dentro del nuevo marco social, que aun en su complejidad proporciono ciertos elementos, algunos tradicionales procedentes de la colonia, que le permitieron su resurgimiento como clase dominante.
A partir de mediados del siglo XIX se define la forma en que las economías latinoamericanas se incorporan al mercado mundial.
En la etapa posterior a las guerras de la independencia, América Latina comienza un período de reestructuración de fuerzas, caracterizado por la violencia cotidiana, la represión por parte de las elites criollas hacia todas las disidencias, fueran de signo realista o de frentes revolucionarios, con el objetivo de mantener un "orden interno tolerable".
Hacia 1850 se definen las características del nuevo orden, ligando el desarrollo de los países latinoamericanos a la dependencia con los países centrales, lo que Halperin Donghi denomina "el pacto neocolonial". "Ese nuevo pacto transforma a Latinoamérica en productora de materias primas para los centros de la nueva economía industrial, a la vez que de artículos de consumo alimentario en las áreas metropolitanas".
Este nuevo contexto económico se caracteriza por el ingreso de capitales extranjeros y el otorgamiento de créditos a los gobiernos nacionales por parte de los países centrales. De esta manera, la expansión económica se va a desarrollar sobre la base del endeudamiento público externo; dado que tal expansión no es constante, los gobiernos tendrán que pedir continuamente nuevos créditos para pagar los intereses de los anteriores.
Las inversiones estarán dirigidas a distintos sectores de la economías nacionales dependiendo del grado de desarrollo de las fuerzas productivas, la estabilidad, la diferenciación social y la fuerza del sistema de dominación alcanzado por los países latinoamericanos; en resumen, van a depender del sistema local de control político y económico para la organización nacional. En este sentido se distinguen dos tipos de economías: las de "control nacional del sistema productivo" y las de "enclave".
En las primeras, las relaciones de intercambio se producen sobre la base de la división de tareas entre el sector financiero y comercial de las economías centrales que determina las condiciones de negociación y el Estado, que se ha creado mediante una alianza entre "la plantación" o hacienda moderna y la hacienda tradicional, que constituyen los pilares de la organización social y política de estos países, desde 1850 hasta 1930. Este tipo de organización económica será la predominante en países como Brasil con el cultivo del café o en Argentina con la producción cerealera y más adelante, ganadera.
Las economías de enclave son propias de algunos países en los que los grupos económicos locales no han podido mantener su control o predominio sobre el sector productivo. La producción es obtenida directamente por grupos extranjeros y no funciona como un sector dinámico que integra toda la economía, es solamente una prolongación tecnológica y financiera de las economías centrales. Estos enclaves son mineros o de plantaciones. Ejemplos de estos países son: Costa rica y Ecuador, donde la producción de banana es explotada por la estadounidense United Fruit Co. o, Puerto Rico, Cuba y Perú, donde la producción de azúcar está concentrada en manos inglesas y estadounidenses. También están los casos de México y Chile, donde se instalan enclaves ingleses y estadounidenses para la explotación minera de plata y cobre, pero en estos países además hay ciclos locales agrícolas manejados por grupos nacionales en función de los cuales se desarrolla la economía del país.
Este sistema económico, surgido del "pacto neocolonial", se define por el hecho de que la comercialización de productos coloniales deja de hacerse a través de los puertos y aduanas ibéricas para, en un primer momento, ligarse directamente a Inglaterra. Este vínculo será netamente económico, Inglaterra no se comprometerá políticamente con los países latinoamericanos. La hegemonía mundial de Inglaterra se prolongará desde el inicio de este nuevo pacto (alrededor de 1850) hasta comienzos del siglo XX y determinará sobre qué bases se apoyará la dependencia mercantil y financiera de América Latina. En los países que logran un control nacional, las inversiones externas estarán dirigidas a los sectores del transporte y la comercialización; un ejemplo de este tipo de inversiones la del ferrocarril, que tiene un fin puramente económico que es el de comunicar a las unidades productivas con el puerto para la exportación de materias primas. En los países que no logran establecer un sistema de alianzas que garantice el orden interno y el desarrollo de la producción primaria, las inversiones estarán orientadas a establecer enclaves, sean estos de tipo minero (que necesitan mayor inversión) o en los enclaves de plantación.
A comienzos del siglo XX, la nueva potencia económica que comenzará a detentar la hegemonía mundial es Estados Unidos. Estados Unidos establece vínculos de dominación sobre América Latina, pero no sólo sobre su estructura económica-financiera sino que busca asumir el papelde "gendarme" de todas las relaciones que establezca América Latina con cualquier país. El vínculo de los países latinoamericanos con Estados Unidos comienza siendo gradual; primero, Estados Unidos logra tener influencia sobre el Caribe y América Central: por ejemplo, cuando Cuba se independiza de España queda bajo la dominación de aquel país al igual que Puerto Rico por el Tratado de París; también en 1903 se crea el Estado de Panamá como Estado protegido por Estados Unidos que se apropia del Canal Interoceánico. Está dominación sobre Latinoamérica se intensifica hacia 1914 cuando surgen los conflictos en Europa; Inglaterra pierde su poder naval y Europadeja de funcionar como centro económico.
Hacia 1920 el ferrocarril inglés es reemplazado por el transporte automotor americano, lo que asegura nuevos mercados para Estados Unidos sin necesidad de inversión. A partir de la década del 20 va a cambiar la configuración económica mundial que se refleja en América Latina como el fin del desarrollo económico basado únicamente en el modelo agro-exportador, como consecuencia de que Europa se encuentra en ruinas y Estados Unidos se transforma en la potencia central del mundo y no demanda materias primas de América Latina. Termina la era denominada "de expansión hacia afuera" para comenzar con el crecimiento orientado hacia el mercado interno. Esta tendencia se va a intensificar después de la gran crisis de 1929.
Se puede entender, entonces, que toda la historia latinoamericana es una historia de relación, la relación entre "periferia" y "centro" como determinante de la estructura de fuerzas que se dan dentro de los países latinoamericanos. O bien, puede explicarse la relación que establecen los países latinoamericanos con el resto del mundo como producto de "las vinculaciones económicas y político-sociales que tienen lugar en el ámbito de la nación". "La dependencia encuentra así su verdadero carácter (…) a partir de la configuración del sistema de relaciones entre las distintas clases sociales en el ámbito mismo de las naciones dependientes".
jueves, 12 de marzo de 2009
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